Recuerdos que ayudan

Hoy estuve paseando por los blogs de mis cyber amigas – porque ya las considero mis amigas!!! - y me divertí un montón. También leí cosas muy interesantes, que me hicieron conocer un poco más a cada una de ellas.

Hoy mis niños – ¡los alumnitos se tomaron el día!, ¿lo pueden creer?, jejejeee - me abandonaron :) , así que tuve unas horas extras para disfrutar con los míos.

Así que me puse a buscar cosas que guardo – ¡soy una guarda cosas compulsiva! – y que siempre encuentro en los momentos en que necesito algo para “cargar las pilas”...- Noooo, no tengo baja las baterías, sino que a veces, leyendo ciertas cosas, me ayudan a disfrutar de la vida... - y encontré un cuaderno que sobrevivió a los años, las mudanzas y los traqueteos de ponerlo acá y allá, y que está lleno de frases (que copié de los tacos de almanaques, ¿se acuerdan? Esos que se colgaban y cada día había que sacar la hojita del día que pasaba y atrás tenía una frase) y de poemas o cartas que leía en libros o en posters que siempre compraba y pegaba en la pared de mi cuarto.

En la última página transcribí algo que hoy quiero compartir con ustedes y que lo hice cuando tenía 18 o 19 años y que, tal vez sin pensarlo, estaba preparándome para lo que tendría que venir...

Y dice así:

Señor...

Ayúdame a ver la otra faz de las cosas
Si me das el triunfo

No me quites la humildad
Si no me lo das

Afirma mi tenacidad para seguir luchando

Y si me haces humilde

No permitas que pierda el concepto de mi propia estimación

Señor...

Ayúdame a ver la otra faz de las cosas.
Si me otorgas poder

Haz que conserve la razón en la ecuanimidad y justicia

No dejes que me tiente la soberbia en el tiempo.

No me conviertas en quien sacrifica al manso cordero

Ni en manso cordero para ser sacrificado.

No permitas que me sienta dueño de la verdad.

Enséñame que el perdón es fortaleza

Que la venganza es demostración de debilidad

Y que el olvido del pasado es negación del mañana

Recuérdame a toda hora mi condición de ser humano

Que sirve a los semejantes y depende de ellos.

Y hazme fuerte para hacer el bien

E inteligente para comprenderlo.

Señor...

Ayúdame a ver la otra faz de las cosas
Haz que diga la verdad frente a los poderosos

Y que no emplee el engaño ante los débiles.

Y si ofendo en un momento de extravío

Dame coraje para disculparme.

Y si es a mí al que ofenden

Concédeme valor para perdonar.

Señor...

Ayúdame a ver la otra faz de las cosas
No dejes que crea ser más de lo que soy

Ni que sea menos de lo que deba ser.

Pero si me niegas todo

No me niegues la gracia de la fe

Y si yo te olvido

Tú no me olvides.

Francisco Manrique, “Correo de la semana” 20/12/1976