1 de junio de 2020

No te detengas en mi tumba a llorar - Poema

Fuente de la imagen ABC


No te detengas en mi tumba a llorar (Mary Elizabeth Frye)

No te detengas en mi tumba a llorar.
No estoy ahí, no estoy dormida.
Soy un millar de vientos que soplan,
soy la suave nieve que cae,
soy las gentiles gotas de lluvia,
soy los campos de granos maduros,
estoy en el silencio de la mañana,
en la prisa agraciada
de hermosas aves que vuelan en círculo.
Soy la estrella de la noche,
estoy en los pétalos que florecen,
en un cuarto silencioso,
en los pájaros que cantan,
en cada pequeña cosa.
No te detengas en mi tumba a llorar.
No estoy ahí, no estoy muerta.

Hace algunos años compartí en el blog este poema de Mary Elizabeth Frye, pero Andrea, la profe del inglés de la escuela donde trabajo, me lo mandó (en inglés) el día que falleció el autor de mis días. 

Releerlo me hizo bien, porque aunque duela la pérdida, es bueno recordar que nuestros seres queridos siguen viviendo en nosotros.

Siempre escuché lo del "duelo", las etapas del duelo; que son 5, que son 7, que son quichicientas, que lleva su tiempo. ¿Cuánto tiempo? Por lo que sé, varía depende de cada uno. 

En mi caso, todavía medio que estoy pasando por todas las etapas juntas. Pero a una semana de la partida del autor de mis días, siento que estoy a las puertas de la etapa de aceptar lo que pasó. No es fácil, pero hay que intentarlo.

Anoche soñé con él. Sólo recuerdo la parte del sueño donde lo veía sonriendo, jóven, dicharachero, como siempre fue. Estaba con mi mamá (quién falleció en el accidente que tuve en diciembre del '98). Parecía que estábamos en mi casa, en una reunión. En un momento dado le digo a mi mamá: "¿Viste que ya no tose más?" (El autor de mis días tenía una enfermedad respiratoria que en los últimos meses hacía que tosiera cuando se quedaba sin un poco de aire.) Me voy donde él está y le digo que aunque no tosiera igual íbamos a ir al médico, a lo que me responde: "Ya no hace falta, ahora estoy bien."

Al despertarme sentí que ese "ya no hace falta, ahora estoy bien", no era porque no tosía más porque no podía respirar bien, era porque ahora que estaba con mi mamá, ahora estaba bien.

¿Señales? ¿Aceptación? No lo sé, sólo sé que su partida, su ausencia, ya no duele tanto; que el dolor está, no lo voy a negar, pero que duele menos... 

Y parafraseando a Mary Elizabeth Frye, creo que ese "ahora estoy bien" del autor de mis días en mi sueño es el: 
"No te detengas en mi tumba a llorar. No estoy ahí, no estoy muerto..."
Ojalá que todos los que estén pasando por una pérdida puedan encontrar el consuelo de saber que, si bien duele la partida de los seres que amamos - si, duele mucho, horrores en mi caso -, tenemos la esperanza de saber que ahora están bien, que ahora están mejor.





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