¿¿Qué le pasó a la abuela??

A partir de mañana, nos queda un solo mes del 2009. ¡Chau año!

Cada año que pasa es un año menos de vida, dijera la hija de uno de los ingenieros que trabajaba con mi mamá. La “aneda” es que era el cumple del ingeniero, así que la hija va corriendo a saludarlo y le dice: ¡Hoy es tu cumpleaños! ¡Te queda un año menos de vida!

¡Aaajaja! Nah, ¡mortal! ¡Cuack!

¡Los niños tiene esas salidas!

Es más, el viernes salgo a la puerta de mi casa a despedir a mi amiga Gladis, que dicho sea de paso expone sus obras a partir del viernes en el Salón de LALCEC y fui invitada al brindis, ¡qué tul!. [Gladis es pintora, pero se recibió de Profesora de Artes Visuales, una genia mi amiga! Por acá pueden ver una de sus obras que me dejó publicar en el blog.]

Bueno, vuelvo a lo que estaba por contar… Me disperso, sorry!

El viernes salgo a despedir a Gladis, y andaba mi sobri-retoñito jugando a la pelota;  de repente se aparece Valentino, mi vecinito de 3 años creo, y se acerca a dónde yo estaba y dice:

- ¿Qué le pasó a la abuela? -  Mirándome.

¡Nah! Yo no me largué la carcajada porque lo iba a asustar al pobre niño…

¿¿La abuela?? Tá bien que tenga unos kilos de más, unas canas en mi flequillo y esté en wheelchair, pero…, ¿¿la abuela??

Y la cosa no paró ahí. Mientras decía eso – porque era a mi hermana a la que le preguntaba qué me había pasado – se acercaba a mi lado. Entonces mi hermana le dice que había tenido un accidente; y yo le cuento que me había hecho nana en la pierna; a lo que me dice: ¿A dónde?, entonces le muestro mi cicatriz y pone una carita de “qué doloorr”…

Pero no contento con eso me dice:  ¿¿Y cuándo te vas a curar para que camines?? Mirándome con unos ojazos marrones grandotes y brillantes… Mi vida…

Le dije que tenía que hacer algunas cosa antes para poder caminar. Y parece que se quedó contento porque desvió el tema a lo social y empezó a presentarse, a decirnos que el es nuestro vecino, y que después se iba a dar una vuelta… Se fue, y yo me metí a casa.

Nah!! Me largué a reír apenas entré, pero casi me lo como a besos a mi vecinito Valentino y su “salida”!!! 

Prefiero mil veces las preguntas directas de los niños a las miradas de lástima y desconcierto de algunos adultos.

No todos demuestran empatía en determinadas circunstancias.

Es más, hay muchos de mis “amigos” que no vienen a verme por el simple hecho de “no tolerar verme así”

¿¿”Así”?? ¿¿En silla de ruedas?? Si, Gente…, hay personas que prefieren alejarse a “enfrentarme” y aceptarme como estoy ahora, sentada.

Porque lo único que cambió, y no me canso de repetirlo, es la manera en que me muevo por la vida, porque soy la misma Ivana Carina de siempre, pero en wheelchair/silla de ruedas.

Aunque algunos pensaron que me iba a doblegar esta situación y que iba a “bajarme” los humos, pero se equivocaron. ¡Aaajaja! Y si, en algunos aspectos, lo “leonina” se me notaba y se me nota demasiado…  #yoconfieso que tengo mi carácter…

¡Pero bueno! Esta “abuela” - según Valentino, mi vecinito de atrás – tiene muchos años menos de vida por delante, sobre ruedas algunos, y otros caminando, pero…, que hay Ivana Carina para rato, hay che. 

¡¡Buen lunes!!

¡¡Y que tengan una buena semana!!