"Sin miedo, ni temor..."

Me debo estar poniendo vieja o los últimos meses de mis 39 julios (y si, cumplo en Julio no en Abril, aaajajaja!) se están haciendo sentir.

Ayer mientras leía el Reader, me encuentro con un post que me hizo acordar algunas cosas de mi "vieja vida", la de antes del accidente.

Stella, en su blog "Así me gusta a mí", escribió una entrada intitulada: "Vení que te pregunto..." Y su pregunta, siempre pregunta Stellita - Jejeje -, era:

"¿Cuál es el peor de los miedos para una persona?"

Lo había leído temprano en la mañana y me quedé pensando en la pregunta. Después fui a comentarle, y de paso, eso me inspiró para esta entrada.

Al leer la pregunta me dí cuenta que mi peor miedo, o dos de mis peores miedos ya los había sufrido:

Perder a mi mamá y quedarme en una silla de ruedas.

Mi mamá era mi mejor amiga. Compinche, pero me ponía límites que agradezco, la que me bancó cuando quedé embarazada de Retoñor y la que me acompañó en el momento del parto.

Si, mi mamá estuvo al lado mío mientras nacía - por parto natural - el retoñor con sus 4 kilos 390 gramos, sus 51 cms, sus ojitos dulces, su boquita chiquita, y unos deditos flacos y largos en unas manitos pequeñas pero fuertes. Mi mamá estuvo acompañándome cuando traía a este mundo al que luego sería el viento bajo mis alas.

Y un buen día experimenté mi 1º miedo.

En el accidente perdí a mi Mamá. Pero físicamente, porque yo sé que ella está acompañándome y cuidándome, a mí y a mi Retoñor, siempre. 

Mi 2º miedo no era precisamente quedarme en una silla de ruedas, si no quedarme en una situación en que, de una manera u otra, tendría que depender de alguien.

Cuando estaba recuperándome en Terapia Intensiva, de curiosa pregunté como iba a quedar y la respuesta fue: en silla de ruedas. ¡Casi me muero!

Por suerte tenía a Retoñor - el viento bajo mis alas -, que si no, me daba por vencida en ese mismo instante.

Tuve que sobreponerme a dos miedos por falta de uno. [Y si, yo soy así, no vengo con chiquitas... Jeje.]

Mi 1º miedo fue superado gracias al conocimiento que tengo de que esta vida es solo un tiempo de preparación para la Vida Eterna. Así que, yo sé que me voy a encontrar con mi mamá cuando me muera, y que después vamos a resucitar todos y vamos a vivir juntos otra vez. Y eso, gracias a mi religión.

Mi 2º miedo.... Bueno, ese lo estoy superando día a día. Solo depende de mí. La silla de ruedas es, por ahora, la que me lleva a todas partes. Unas veces necesito ayuda, otras me las banco solita. Por eso lo de "Wheelchair Rules!" ¡La silla de ruedas manda! ¡Jaaajajaja!

Los miedos o temores (sé que son dos cosas distintas) son inevitables en nuestra vida.

El tema es saber como enfrentarlos y superarlos.

Yo decidí enfrentar y superar los míos.

No es fácil, duele, cuesta, y hay días en que parece que no voy a poder seguir adelante, pero todo depende de la actitud con la cual enfrento mis temores y mis miedos.

Y obviamente hay ayuditas extras que sirven, al menos a mí me sirven.

Una es mi Fe. La convicción que tengo de que siempre hay una razón para todo, no un ¿por qué?, sino un ¿para qué?

Y otra, para mí la más importante, mide - ahora - 1,70 m, manos grandes, dedos largos y flacos, unos ojos brillantes, una sonrisa preciosa, y con sus 12 años me puede; es lo que yo denomino "el viento bajo mis alas", mi hijo, el Retoño no tan Retoño.

Por eso, mi "nueva vida" en wheelchair va sobre ruedas, sin miedo ni temor...

Bueno, un poquito de miedo y temor: Retoñor entró a la adolescencia... Pero ese es otro tema! Jaja!

 

 ¡Buen miércoles gente!