Hace 30 años, un 11 de diciembre de 1981 a las 6 de la mañana, después de un viaje de 36 horas en colectivo llegaba a Trelew y me enamoraba completamente de esta ciudad, de su paisaje, del viento Patagónico (si, aunque me queje del vientooor patagónico, lo amo, je je ), de todo.
A las 8 de la mañana de ese mismo día rendía en la vieja E.N.E.T. Nº 1 - ahora Escuela Nº 748 - para ingresar a la escuela secundaria. Después de 6 años me recibía de Técnica Electromecánica tal cual lo había planeado cuando a los 8 años veía al autor de mis días armar ventanas de aluminio. Rebelde sin causa y todo, mis mejores 6 años, definitivamente.
Siempre escuché sobre “La Patagonia Rebelde”, y después de vivir en ella puedo decir que es bastante rebelde pero se hace querer.
(Nota: Lo de La Patagonia Rebelde, el hecho histórico en sí, no tiene mucho que ver, pero bueh, es para ilustrar el tema ).
Y como hay que ser una para conocer a otra, a pesar de que tuvimos nuestros días, la Ivy rebelde sin causa se lleva muy bien con la Patagonia rebelde.
Puedo decir sin equivocarme que uno nace para vivir en un determinado lugar.
A veces el GPS no funciona y terminamos “cayendo” en otro lado. Por ejemplo yo nací en San Juan (Argentina), pero definitivamente ese 11 de diciembre del ‘81 el GPS (recalculando, recalculando ) funcionó a la perfección y arribé, sin lugar a dudas, a MI destino. (No creo en el destino pero es para que entiendan, ¡ajajaa! )
No todo fue color rosa, ojo. Como dije antes tuvimos nuestros días, nuestras “desavenencias” con la Patagonia rebelde, pero es bueno tener oposición en todas las cosas porque templa nuestro carácter y nos deja enseñanzas que nos sirven para el resto de nuestra vida. Obvio que eso depende de cada uno y de como tome esa “oposición” .
Y así como hace 30 años mis padres “poblaron” la Patagonia emigrando, yo colaboré cuando a los 15 años de vivir en Trelew traje al mundo al viento bajo mis alas, mi hijo aka el Retoñor. (15 años de vivir en Trelew, lo aclaro otra vez porque mis parientes leyeron “15 años” y se desmayaron, ¡aajajaja! )
30 años no es nada… o es mucho, pero lo importante es que hace 30 años llegué a este lugar paradisíaco y no me arrepiento de nada. Todo lo que pasé, paso - y pasaré - hacen de este MI lugar.
Y si bien arribé caminando (ok, en colectivo, ¡juas! ), por las cosas de la vida (el accidente) terminé en una silla de ruedas, puedo decir que AMO (si, con mayúsculas) Trelew - aunque la ciudad (y en sí toda la Patagonia) no será muy “accesible” que digamos y me saque canas verdes cada vez que salga con Retoñor al centro o a cualquier lado –, amo la Patagonia Rebelde y espero morir amándola a pesar de todo.
(Ah!, y que me entierren en el Jardín del Cielo, paradita. ¿? Chiste interno. Siempre dije que en el cementerio privado para ahorrar espacio entierran a la gente parada, ¡ajajaja! ).
Así que después de 30 años puedo decir que en el viaje de 36 horas hacia mi Trelew adorado, mi Patagonia rebelde, los carteles de la ruta decían esto:
Felicitaciones, Ivy ! Qué lindos recuerdos.. Yo hice también un viaje, hace 19 años. de Temperley a Venado Tuerto, que también es mi lugar en el mundo ahora.Besos
ResponderEliminarque hermoso recuerdo Ivyta, me encanta la patagonia, pero odio el viento y ahi si que sopla de lo lindo.
ResponderEliminarHola Andrea!!
ResponderEliminarGracias! ;)
Veo que somos inmigrantes entre provincias, ajajaja! :P
Besos! =)
Holaaa Anita!!
ResponderEliminarJajaja! Yo ya me acostumbré al viento, es más lo extraño cuando no sopla, jaja! :P
Besotes Corazón! ;)