Fe, médicos, fuerza de voluntad y amor de la familia.

Como sobreviviente de un terrible accidente que me llevó a soportar casi 3 años de internaciones y 21 cirugías en total (y un par en camino, je), he comprobado que aplicando el combo Fe + médicos + fuerza de voluntad + amor de la familia, todo se puede superar.

No sirve de nada tener Fe si no confiamos en los médicos. No sirve dejar tooodo en manos de los médicos porque si bien ellos son instrumentos para lograr un fin, de nosotros depende (fuerza de voluntad) que lo que ellos hicieron (cirugías, tratamientos) llegue a buen puerto. Y si no tenemos el amor de la familia para que nos apoyen, nos reten (mi Little Sister tuvo que retarme varias veces para que no me diera por vencida cuando el dolor era tan grande que lo único que quería era morirme), y nos ayuden a salir adelante, no lo vamos a lograr.  ¡Doy Fe!

Hubo muchas veces que la fuerza de voluntad desaparecía completamente y me sumía en una depresión tal, que no me importaba nada.

Pero ahí estaba la imagen de mi Retoñor (un retoñito de 2 años y medio en ese momento), los retos de mi hermana y las oraciones de mi familia y de mis amigos que me ayudaron a salir adelante.

Por su lado, los médicos luchaban para que no fuera parte de la estadística del 80% que se muere y permaneciera en el 20% que sobrevive a duras penas…

Durante casi 3 años apliqué el combo perfecto: Fe + médicos + fuerza de voluntad + amor de la familia. No digo que fue fácil, pero valió la pena intentarlo…

Así que este post va dedicado a mis queridas y adoradas amigas, Tía Elsa (mi amiga bloguera) y @ValeContarino (mi amiga feisbuquera y twittera), ya que el 9 de septiembre operan a la mamá de Tía Elsa por un lado y al hermanito de Vale por el otro.

Y quería decirles, mis queridas amigas, que aplicando el combo perfecto, sus seres queridos van a salir adelante, ustedes son una de las partes más esenciales, son la familia que debe amar y apoyar al paciente que se va a poner melancólico, va a tener miedo (ustedes también pero que no se de cuenta), va a sufrir dolores que ustedes no comprenderán pero que deben decirle, tanto a tu mami Tía Elsa, como vos a tu hermano Vale, que van a pasar (y ellos contestaran que ustedes no entienden nada, pero es una reacción lógica, yo lo hice, jeje). Van a tener que aplicar la Fe, van a tener que confiar en los médicos y van a tener que ayudar a que los pacientes tengan la fuerza de voluntad suficiente para salir adelante…

Y sobre todo, van a tener que ayudarles a aceptar lo que venga después, sea lo que sea…

Cuando me enteré de que iba a quedar en silla de ruedas el shock fue grande, pero tuve que aceptarlo y aprender a convivir con ello. Eso sí, mi familia NUNCA me trató con lástima ni me hizo sentir una pobrecita que iba a tener que depender de todos por estar en silla de ruedas (muchos familiares creen que tratándonos como pobrecitos y haciendo las cosas por nosotros nos están ayudando), todo lo contrario, me trataron como siempre.

Y recuerden:

“Ocurra lo que ocurra, aún en el tiempo más borrascoso, las horas y el tiempo pasan…”

Williams Shakespeare.

Acá estaré orando para que los médicos cumplan con su parte, y para pedirle a Dios que haga la suya…

¡Las quiero mucho Tía Elsa y Vale! Ánimo, que todo va a salir bien…