10 cosas que me hacen feliz...

Bueno, son más que 10 cosas... ¡Jaajajaja!

Pero hace días que veo tanta gente quejándose por todo y de todos, que por ahí me parece que perdieron el norte, como se dice por ahí...

Ok, todos enfrentamos lo que nos pasa de distinta manera, a veces nuestro carácter nos ayuda, otras nuestra familia, pero soy de las que piensa que si somos seres únicos e irrepetibles - y aunque hagan un clon, como dicen Les Luthiers: "Parecido no es lo mismo, caballero..." -, tenemos que aprender a sobrellevar los que nos pasa sin "culpar" a los demás de nuestras cuitas...  ¿¿Se entiende??

Cuando tuve el accidente, después de pasar por años de internaciones, cirugías y esas yerbas, lo primero que hice fue pensar en que fue eso: UN ACCIDENTE, nadie tuvo la culpa.

Y después de "aceptar" que las cosas iban a ser diferentes, y por más que yo pataleara, llorara, y me deprimiera nada iba a cambiar lo que había pasado, decidí buscar cosas que me ayudaran a ver el vaso medio lleno...

No es fácil, pero si le ponemos garra, se puede lograr. (Poner garra es como decir que le pongamos ganas, fuerza)

Y cuando me puse a buscar esas cosas que hacían de mi nueva vida diferente pero que eran una ventaja, todo tenía otro color.  Si Gente, estar en silla de ruedas tiene sus ventajas. Jejeje... Pero ese es otro tema.

Pero volviendo al título de la entrada del día de la fecha, hay buscar aquellas cosas que nos hagan felices o aunque sea que nos saque una sonrisa, para que podamos ver el vaso medio lleno.

Y puse 10 cosas por poner un límite coherente a mis desvaríos... ¡Aaajajaja! ¡Ya saben que cuando me entusiasmo puedo escribir muchiiisimo!

Ok, son 10 cosas que, tal vez al final, algunas más que hacerme feliz, las disfruto de una manera muy leonina... 10 cosas a las cuales aplicaremos el enunciado matemático que dice: El orden de los factores no altera el producto.

Mis 10 cosas que me hacen feliz o que me sacan una sonrisa:

1.- Cuando pienso en esta situación que ocurrió la 1º vez que volví del Fernández, después de estar casi 14 meses a 1500 kms de casa sin mi retoñito:

Estábamos en la cocina, esperando la cena sentados uno al lado del otro. Él tenía 3 años y 10 meses. De repente me dice: "Sshh, sshh, cuchá!" Y me agarra la mano y la pone sobre su pechito: "Mi corazón dice que está enamorado de vos" Y yo morí de amor...

2.- Cuando mi Retoñor me dice: "¿Qué madre mía?" al llamarlo. Pero ese madre mía suena ¡cómo si yo fuera una Reina! ¡Jaajajaja!

3.- Cuando mi sobri-retoñito me dice: "Ay Mami, ya estás contando cosas de tu hijo en el blog."

4.- Cuando Felipe, mi pastor alemán, viene y mete su cabezota entre el teclado de la compu y mis manos y me mira con ojos como diciendo: "Haceme un mimiiitooo..."

5.- Cuando, por ejemplo ante este comentario: "Ay, esto de pintarse las uñas para parecer una dama pero que la silla de ruedas me las estropee cuando se me levantan, me obligaran a tener que dejar de pintármelas." Entonces, el taxista diga: "Usted es una dama aunque no se pinte las uñas." Nah! ¡Morí de ternura! ¡Jaja!

6.- Cuando estoy sola en mi casa y puedo valerme por mí misma aunque esté en una silla de ruedas.

7.- Cuando la gente me trata como a una persona "normal" y no como a una persona que está en silla de ruedas. Ergo: ¡No me discrimina!

8.- Cuando después de hablar por teléfono para reclamar algo y no me dan bolilla, voy al lugar, ya sea un comercio o el hospital, y veo la cara de la gente cuando se encuentra conmigo... ¡Aaajaja! Son muy valientes por teléfono, pero cuando ven a la "discapacitada" se dan cuenta que no son tan valientes, y que de "discapacitada" el mote no más...

9.- Cuando los niños vienen gritando a viva voz en medio de un supermercado y me dicen: "¿¿Qué te pasoooooo????"  ¡Y los padres no saben dónde meterse! ¡Jaajajaja!

10.- Cuando me hacen esperar en algún lugar y digo: "No hay problema, si ya estoy sentada, así que puedo esperar tranquilamente."

Y podría enumerar miles de cosas que me hacen reír de mí misma o de la situación que paso, que me hacen ver el lado amable de las cosas, el vaso medio lleno... ¡Qué me hacen feliz!

Y si, todo tiene su lado triste, malo... Pero, ¿para qué contarlo si no ayuda en nada?  

Porque estoy más que convencida que realmente no ayuda en nada. 

Porque no hay mejor cosa que tomarse lo que a uno le pasa con humor y alegría...