Odio el calor. Punto.
Antes del accidente cuando empezaban a ponerse cálidos los días, me iba a la playa de una (vivo a 20 km de Playa Unión, ¡mi playa favorita!).
Es más, cuando trabajaba salía de la escuela Politécnica en Rawson, me iba a Playa Unión que está a 10’ en colectivo y regresaba a casa (en Trelew) a última hora.
Solita iba con un libro y mi “walkman”, me tiraba en la playa a leer y cuando tenía mucho calor me metía al mar…
Extraño mis días de verano tirada en la arena…
Lamentablemente no logro que me pavimenten la playa y tampoco consigo una wheelchair así:
En fin…
Así como odio el calor, excepto que viva al lado del mar , amo el viento patagónico a pesar de todo.
Eso si, cuando mi viento patagónico (fresco o muy frío en invierno) se ve reemplazado por el viento norte implacable que aunque sople suave uno no puede ni respirar, eso puede transformar la Ivy buena (¿? Juas! ) en la Ivy chinchuda, mal humorada, mal arreada, bah, ¡una Ivy insoportable! ¡Aajaja!
Por eso lo de “el viento norte me vuela los patos”
Y según estudios científicos (?) dicen que los vientos calientes y secos alteran la psiquis humana, o al menos eso es lo que dice por acá y cito una parte:
Parece evidente y contrastado por multitud de estudios realizados, que el Foehn, así como los vientos terrales, cálidos y resecos, pueden agravar o aumentar localmente diversos trastornos psicológicos. Entre ellos, destacamos por su incidencia los trastornos depresivos, estados de ansiedad e inquietud, síndrome de agitación psicomotriz, irritabilidad, jaquecas, disminución de la atención, excitación nerviosa y muy especialmente el aumento de la agresividad. Con el aumento brusco de temperaturas y la disminución de la humedad, las glándulas endocrinas se excitan liberando adrenalina, e incluso agotan las cápsulas suprarrenales en situaciones crónicas. El sistema nervioso y endocrino se ve alterado, modificándose los niveles de azúcar en sangre, relación calcio/potasio, así como los niveles de sodio, fosfatos y magnesio.
¿Ven? Tiene mucho que ver el viento cálido con ponerse del tomate…
Y si bien no vivimos al lado de la montaña (donde se originan estos vientos alteradores de nervios ), acá cuando corre viento del norte (parecido al Foehn) al menos a mí “me vuela los patos” (me altera).
Ok, no hace falta mucho para que me ponga chinchuda (?) pero digamos que si hay factores externos la chinchudez se manifiesta tempranamente y se agrava, ¡ajajaja!
Así que ya saben, si entran al SMN (Servicio Meteorológico Nacional) y ven que la temperatura está por sobre los 20 ºC y “má encima” dice “viento norte”, ni se les ocurra venir a visitarme. (¿?)
Yo por llevarte la contraria vengo haga frio o calor jajajja
ResponderEliminarEstá claro que cuando tienes tu clima quieres el mio :D ven anda, que aquí hace un frio que pela!
amantes del frio UNIOS
ResponderEliminarHola Ivana !! no se si sos quien hoy visito mi blog(?) pero de todos modos paso a visitarte y desearte un buen año!! besoss
ResponderEliminarYo también odio el calor, pero para mi desgracia Dios me hizo nacer en Sgo del Estero :P
ResponderEliminary bue... será cuestión de aguantar no más
Besos
Odio el calooorrrrr!! también a mí me pone del tomate, no tengo ganas de nadaaa!!!
ResponderEliminarBesos!!
a mi me pasa lo mismo!!!!!!!
ResponderEliminarun besote Ivy! BUen verano!
viernes