De nosotros depende.

 

“Cuando algo malo sucede, tienes tres opciones. Puedes dejar que te defina, dejar que te destruya, o puedes dejar que te fortalezca.”

 

Nadie está exento de que le sucedan cosas malas. Pasa en las mejores familias…

Pero como dice la frase tenemos opciones y depende de nosotros cual vamos a tomar.

Cuando me pasó mi “cosa mala” (el accidente hace ya más de 13 años) tuve que tomar una decisión, y aplicando la frase, tuve que elegir qué opción iba a tomar.

Veamos la frase aplicada a mi “cosa mala”.

1º decisión: Dejar que te defina.

• Convengamos que no es fácil evitar esta “opción” porque andar en wheelchair/silla de ruedas puede llegar a definirte y hasta lograr que te etiqueten equivocadamente. (Nota: eso no dependía de mí en su totalidad porque la silla de ruedas no se puede esconder, pero si dependía de mí la actitud que iba a tomar al estar en silla de ruedas.)

2º opción: Dejar que te destruya.

• Muchas personas que sufren accidentes, no todas obvio, y que los dejan en una silla de ruedas toman esta 2º opción y se “destruyen” anímicamente y destruyen a los que están a su alrededor (familia, amigos, conocidos, etc.) porque se sienten miserables y no aceptan lo que les pasó.

3º opción: Dejar que te fortalezca.

• Si, suena muy “utópico” pero no es tan así. Estar en una silla de ruedas te puede fortalecer. No es fácil, pero si se quiere, se puede.

Obviamente que en mi caso, antes de elegir que opción iba a poner en práctica pasé por la 1º opción (al principio me “definía” la wheelchair/silla de ruedas por el hecho de que como dije más arriba no se puede esconder la silla, pero ya no me define porque estoy segura que muchos al estar conmigo y al tratarme, se “olvidan” de mi silla de ruedas, je je)  y la 2º opción, ambas, por suerte, por poco tiempo. Digamos que fue una reacción lógica porque de estar el 31 de diciembre viajando a pasar el año nuevo en Bariloche sentada en un auto con mi mamá, desperté en un hospital sola, llena de tubos y con dolores inimaginables. Después vinieron meses en Terapia Intensiva y en internaciones varias, con médicos que me decían que me iba a morir primero (en Terapia me lo decían, posta, en serio) y después cuando vieron que no me les morí (je), vino lo de decirme que iba a quedar en una silla de ruedas con 29 años y un bebe de 2 años y medio. Así que después de pasar por las primeras opciones, obviamente que opté por la 3º opción:

Dejar que te fortalezca.

No fue fácil… Para nada. Y puedo decir que aún hasta el día de la fecha sigo eligiendo la opción de fortalecerme a pesar de todo y de todos.

Así que ya saben, cosas malas nos suceden, unas peores que otras (cada uno sabe hasta que punto son “malas” las cosas que le pasan) pero siempre tenemos opciones, siempre tenemos la posibilidad de ver el vaso medio lleno o de recordar que después de la tormenta sale el sol.

De nosotros depende el elegir que opción vamos a tomar ante las pruebas o “cosas malas” que nos sucedan, es decir dejar que nos definan, dejar que nos destruyan o dejar que nos fortalezcan.

Porque como decía Nietzsche:

Lo que no te mata te fortalece

(O lo que no te mata te hace más fuerte, depende de donde lo lean, jaja)

No es fácil, no les voy a mentir, pero podemos elegir el salir fortalecidos cuando nos suceden cosas malas, de nosotros depende…, de nadie más.

Y vale la pena intentarlo, yo sé lo que les digo.