Cerrado hasta nuevo aviso.

¿Por dónde empiezo?

Ok, los que llegan al blog por 1º vez, para entender un poco lo que dice en la descripción del blog, esa parte que dice “… las vicisitudes de la vida cotidiana en wheelchair después de sufrir un accidente…”, pueden enterarse que me pasó visitando esta página, donde cuento el porque del nombre del blog “La Ivy’s on wheels!”

Para los que ya saben que me pasó van a comprender lo que voy a contar a continuación.

En el último post “39º”, les contaba que me había agarrado una terrible gripe, o eso era lo que yo pensé por los síntomas: frío, escalofríos, fiebre alta, dolores musculares, un cuadro “típico” de gripe.

Pero hete aquí que no era tan así. Tuve una especie de complicación a causa de una de las secuelas que tengo del accidente, un ano contra natura.

Amén que tuve unos episodios de presión alta, con sangrado de nariz y todo – no, si la voy a hacer, la hago bien, ¡ajaja! – cosa que hizo preocupar a todos en mi casa y me mandaron al médico.

ODIO los médicos (tranqui Dra. Gimena, a vos y a House no, jajá!), los hospitales y todo lo que tenga que ver con situaciones que me hagan acordar mis casi 3 años internada en el Fernández, las 21 cirugías y muuuucho sufrimiento.

Pero lamentablemente tengo que convivir con esas cosas, me gusten o no.

Así que estas semanas tengo médicos, estudios y todas esas yerbas que odio, pero tengo que hacerlo.

No estoy de ánimo para casi nada, ¡pero!, tengo a Retoñor, y aunque Little Sister me ayuda, no soy de las que se tiran en la cama a lamentarse que les pasa, así que me levanto y hago aquellas cosas que puedo.

Por lo tanto, el blog queda en stand by, cuando esté con ánimos seguro que vuelvo a chusmearles cómo ando.

Y si, soy casi un ser humano y me pasan estas cosas…