En mi caso sería, en mis wheels… Ajajaja!
La semana pasada anduve “padeciendo” las veredas y los lugares inaccesibles que tiene mi ciudad. Sé que no es la única, y mal de muchos consuelo de sonsos, pero la verdad que a veces cansa tener que remar contra la corriente, o en mi caso, empujar mi wheelchair por terrenos escabrosos, literalmente, no como una figura poética.
Sé que las cosas no van a cambiar, lamentablemente. Enfrentémoslo, en casi 10 años y a pesar de mis quejas, las cosas siguen iguales.
Eso no quiere decir que no me siga quejando, o que no siga saliendo a pesar de que me amargue cada vez que no puedo entrar a un negocio, o que las veredas están intransitables no solo para una silla de ruedas, si no para el que camina también, pero la realidad apunta hacia otro lado y ya saben que Resignación es mi 2º nombre…
Ajajajaa! Seguiré “padeciendo” las veredas y la urbanización de mi ciudad.Y entre tanto tole tole y quejas, me acordé de que un mail que recibí de mi amiga Vero, la genia que diseñó las plantillas de este blog y de “Ivy a Gogó!”.
Me lo mandó el año pasado y lo publiqué en esta entrada.
Léanlo, no tiene desperdicio…
Mirá, no había querido contártelo porque tenía miedo de que no te cayera muy bien, pero ahora con todo ese tema, te cuento: tuvimos acá - durante un mes - una silla de ruedas alquilada (por papá) y pasaron dos cosas: que él que tenía que usarla, no la quiso por miedo a no levantarse nunca más de ella.
Y yo, que no tenía otra cosa mejor que hacer, me sentaba en ella todo el tiempo. Y entonces me di cuenta de que las cosas tomaban otra dimensión. Los espacios parecían más pequeños, más estrechos, no era tan fácil como yo suponía doblar para entrar en la cocina, me cansaba los brazos de tanto darle para adelante y para atrás, tenía que mirar a todo el mundo para arriba (sobre todo porque nadie tenía la delicadeza de sentarse para hablar a mi misma altura) y no podía transportar cosas si no era colgando de mi boca, porque al ser gorda y encima no tener práctica, las cosas se me caían del regazo.
Otra sensación fuerte fue cuando miré la escalera de casa y me di cuenta de que no estaba prevista para mi "medio de transporte", y de haberlo necesitado realmente, esos escalones habrían sido un obstáculo infranqueable para salir a la calle. Sobre todo porque son dos escalones, un descanso y a 90 grados, una empinadísima escalera de 19 escalones. Total de escalones: 21 con un ángulo recto. ¡¡¿¿Cómo carajo se supone que voy a bajar por ahí??!!
Y si llego abajo, todavía me falta el escalón de la calle que es bastante alto. Después sí, por suerte, podría acceder a la calle por la bajada del garage (cochera) pero de todos modos, una cosa que "los caminantes" hacen todo el tiempo, quien está en una wheelchair, no puede hacerlo. No importa lo que pase. Pueden gritar: ¡¡Fuego!! que ahí te quedás...
Aunque parezca ridículo, haberme pasado varios días yendo y viniendo en una silla de ruedas, me demostró que no es tan fácil como lo ponen en las películas. El día que pasé más tiempo se me hicieron ampollas en las manos. Claro, me vas a decir, después se hacen callos o podés usar guantes de cuero. Sí, bárbaro, pero nadie tiene "entrenamiento" previo. Nadie sabe lo que es estar en una silla de ruedas, hasta que tiene que estarlo.
Y cuando tiene que hacerlo ya es tarde. Ya no importan las sensaciones que se pueden experimentar en "la simulación". Sensaciones de abrumación total que te llevan a levantarte de la silla y mirarla "desde arriba" para demostrarle que es "prueba superada".
Por lo general, cuando sientan a alguien en una silla de ruedas, es porque no camina, entonces no puede elegir.
Y para el que no puede elegir entre levantarse de ella o no, deberíamos TODOS, en un acuerdo gubernamental sin fisuras de ninguna especie, elegir acceso a todos lados.
Eso era lo que quería decir al respecto.
Un abrazote
Yo, Vero!
“¿A qué viene todo esto? No lo cuento para que todos vayan a sentarse en una silla de ruedas para "saber" como es el tema, simplemente quise compartirlo con ustedes porque uno nunca sabe lo que le deparará la vida.
No debemos suponer que sabemos lo que el otro está sintiendo hasta, por lo menos, pensar o tratar de mostrar empatía con el prójimo.
Todos tenemos muestras propias batallas, nuestros propios demonios que vencer, alguno que otro "muerto" escondido por ahí, somos seres humanos imperfectos, pero siempre -aunque nos cueste-, tenemos que pensar y "ponernos" en el lugar del otro de vez en cuando...”
Debería mandárselo al governeitor para que se ponga las piletas, no?
¡En fin Gente! Dicen que la inteligencia es saber adaptarse a las circunstancias, y como mi mamá siempre me decía que yo era muuy inteligente – y yo me la creí, obvio! Ah! Y sigo siéndolo y creyéndolo, eh? ¡Ajajaja! – he demostrado más que adaptación a mi “nueva vida” después del accidente.
Porque querer es poder.
Y más teniendo el viento bajo mis alas.
Estimada, importantisimo ejercicio, el de ponerse en los zapatos del otro. Y me reconozco dentro del grupo de gente, que hasta que no le sucede no ven ciertas cosas.
ResponderEliminarDe todas maneras, por el tema de las calles de tu ciudad, no bajes los brazos! Seguí reclamando.
El granito de arena sirve. Besos!!
Ivana que razón tienes con decir que has demostrado mas que adaptación.
ResponderEliminar¿Sabes lo que me ha venido a la mente leyendo tu post?... La lucha que tuviste con los "niñatos" delincuentes que quisieron entrar a tu casa y no les dejaste.
¡¡Pobres de ellos si llegas a tener los pies en el suelo!!.
Un besazo fuerte.
Querida Ivy: sos una campeona de la vida y lo que escribió tu amiga es una realidad, hay que ponerse en el lugar del otro para comprender su realidad, eso es empatía. ¿Qué te parece si hacemos un grupo en facebook pidiendo que las calles y edificios se adaptan a las personas con dificultad para desplazarse y ojo que eso también es aplicable a ancianos, a personas en muletas, a mamá con cochecitos, a ciego, en fin. Besos tía Elsa.
ResponderEliminarMe parece una idea más que genial Ivanita eso de envíar esa carta al gbernador y a todos aquellos que desde arriba ven la vida color de Rosas.
ResponderEliminarUn beso grande y hagamos cadenas con este mail.
Ese ejercicio que hizo Vero deberíamos hacerlo todos una vez en la vida, si fuera presi mandaría a todas las autoridades nacionales: en silla de ruedas, con los ojos tapados, simulando las piernas destrozados por el tiempo o alguna enfermedad...pero a esta gente no le importa, si no fuera por las asociaciones ni se enteran, viven en una nube de pedos :)
ResponderEliminarSabes qué pienso a veces, con todo el dinero malgastado y tantas vidas que se van por día y luego vuelvo a la realidad ¿qué podemos hacer nosotros los ciudadanos comunes? decirlo por la radio, tele, pero pasa y al poco tiempo nadie se acuerda o te tildan de loca.
Muñequita besos y sí no es fácil navegar en una silla de ruedas.
Hola Ivy!! Una experiencia que deberían hacer todos los que tienen la decisión en sus escritorios burocráticos. Me pareció que Vero tuvo esa idea con un buen fin, comprender. Palabra que se desconoce casi siempre amiga.
ResponderEliminarBesossssss
ResponderEliminarCarolina: Hola, ¡bienvenida!
Sabés qué? Muchas veces me pasa lo mismo, hasta que no me sucede, no me hago mucho problem...
Pero lo importante es que nos demos cuenta!
Gracias por pasar!
Besotes!
BTW, me costó reconocerte, hasta que lei el nick de Gtalk en tu perfil! Jaja! ;)
Victory!: Jaja, Mujer! Venir a acordarte de eso!!
Y si, me he adaptado y sigo haciéndolo cada día...
Besos Guapa!! =)
ResponderEliminarTía Elsa: Lo del grupo de feisbuc estaría bueno!!
Y a veces hay que intentar ponernos en el lugar del otro....
Un besote, corazón!!
Marisita: Tal cual mi Niña, hay que mandar notas y hacer ruido, no queda otra!
Besos!!
ResponderEliminarGraciela: Creo que si fueras presi, las cosas serían de otro color, porque sos una mujer que se pone en los zapatos del otro, siempre...
Yo te voto! Jaja!
Y lo de sentar a los políticos en sillas de ruedas y vendarle de los ojos debería ser obligatorio, para que sepan lo que se siente...
Y tenés razón, uno se queja pero al tiempo todo se olvida...
Besotes Mi Reina!! ♥♥♥
Gabriela: Ojalá que algún día los burócratas de turno se pongan en los zapatos del otro y comprendan, cosa que como vos decís, se desconoce...
Besotes, Hermosa!
Acá estoy de nuevo firme en mi puesto !! Sabés que ahora cuando estuve en Mar del Plata me acordé mucho de vos...Las veredas rotas ,las rampas en las esquinas tapadas por autos, hay lugares imposibles de acceder si estás en wheelchair..Nadie se da cuenta ,nadie piensa ?? No importa ,estoy segura que podés llegar a la luna si te lo proponés..Un beso grande !!!
ResponderEliminarIntentar entender lo que los demás sufren a consecuencia de carencias en el sistema -en esto entra el entorno arquitectónico y urbanístico!!- nos hace ver mejor lo que nos afecta ¡¡a TODOS!!
ResponderEliminarPor tal, no solo usté debería reclamar por lo que padece en las calles de su ciudad ¡¡sino el resto de la población también!!
No olvidemos que muchas de estas carencias y fallas, son también consecuencia de la falta de compromiso de TODOS, no solo de los que deciden al respecto.
Abrazotes grandes y mis candores, siempre!!
ResponderEliminarJulieta: Por eso decia que mal de muchos consuelo de sonsos, ya que no solo en mi ciudad es una osadía salir al centro y no solo para los que estamos en wheelchair...
Y si, llego hasta donde me de el cuero! Ajaja!
Besotes, Corazón!
Candorosa: Como siempre, tiene toda la razón....
Todos deberíamos hacer que las cosas cambien, pero bueno, la esperanza es lo último que se pierde, verdad' Jaja!
Sepa que me encanta leerla, no solo acá, sino en su blog, que ya sabe que siempre lo sigo aunque no comente... =)
Gracias por su candorosituuuttt!!
Acuérdese que la quiero mucho, eh?? ;)
Besotesss!!