Hoy encontré esta imagen en una página de Facebook:
“Todo aquel que tiene una razón para vivir puede soportar cualquier forma de hacerlo”
Dicen que dijo Friedrich Nietzsche.
Cuando de repente tu vida cambia “en un vuelco” como la mía cuando tuve el accidente, definitivamente tenés que buscar una razón para vivir, más si vienen y te dicen que tenés que vivir en una silla de ruedas por el resto de tu vida…
El shock te deja regulando y no sabés que vas a hacer.
Imaginate que salís un 31 de diciembre en un viaje para pasar el año nuevo con tus familiares, tenés un accidente que no recordás y de repente con 29 años, un hijo de 2, y varias cirugías hechas y por hacer, vienen y te dicen, sin anestesia, que si bien TAL VEZ puedas caminar, cuando lo hicieras, serían tramos MUY cortos y que para hacer muchas cosas si o si deberías usar una silla de ruedas. Amén de tener que vivir con secuelas que a más de uno avergonzarían. Y ni hablar de la cicatrices que te iban a quedar…
Por suerte, a pesar de la angustia, el llanto y la desesperación de los primeros días, cuando mi mente empezaba a asimilar todo lo que me había pasado ese 31 de diciembre (del año 1998), como dice la frase de la imagen, descubrí que tenía una razón para vivir y que medía 50 cms, tenía 2 años, unos ojos brillantes y una cara preciosa que me venía a la mente cada vez que quería darme por vencida…, y que siempre, siempre digo que fue y es el viento bajo mis alas, la razón de mi vida, lo que me hizo dejar de lado la angustia, la pena, la rabia, y me hizo enfocar y poner todas mis fuerzas en querer salir del hospital a toda costa.
Así que, en definitiva, una razón para vivir después del accidente en una silla de ruedas, fue y sigue siendo, mi hijo Damián - el retoñor como le digo cariñosamente - que ahora tiene 16 años y es mi compañero, mi amigo, mi conductor asignado cuando salimos, el viento bajo mis alas…
“Todo aquel que tiene una razón para vivir puede soportar cualquier forma de hacerlo”.
A pesar de mi wheelchair/silla de ruedas yo vivo mi vida plena, feliz, con algunos días no tan felices pero no por mí, sino por las cosas que me rodean y que no hacen accesible el mundo en que vivo. Pero a pesar de eso cada día agradezco estar viva, agradezco haber tenido el accidente porque me ayudó a saber lo que puedo lograr si quiero hacerlo, porque como decía mi madre, “querer es poder”, y yo les puedo asegurar que es así, que querer es poder, porque… “ todo aquel que tiene una razón para vivir puede soportar cualquier forma de hacerlo”, solo se requiere adoptar una actitud positiva y tener mucha paciencia…, mucha.
Se puede, Gente, si se quiere…, se puede. Yo sé lo que les digo.
Las 2 imágenes, la del principio y esta del final del post son del perfil de facebook de Agustín Marte.
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