¿Vieron cuando dicen “hoy me voy a tomar la tarde para mí”? Bueno, eso.
Me levanté a las 6:50 am, como todos los días para preparar el desayuno a mi Hijo el Retoñor y mandarlo al colegio.
Me tocó cocinar, así que hice un par de cosas en la compu, me vi un par de series y a las 11:30 me fui a cocinar. Milanesas a la Napolitana con puré fue el menú, para los que pregunten, ¡ajaja!
Terminamos de almorzar y dije:
“No me busquen porque no me van a encontrar, me voy a dormir la siesta.”
La siesta es mi último recurso para descansar, digamos que “me pega mal” la siesta, ¡ajajaja!; si, me levanto de mal humor y no me aguanta nadie, ni yo. Bueno che, soy casi un ser humano y tengo mis días…
Así que enfile con mi wheelchair hacia mis aposentos, entregué el teléfono inalámbrico (soy la telefonista oficial, en casa atiendo el teléfono yo, nadie más, ¡juas!) y dije que si alguien me llamaba dijeran…., ¡qué estoy durmiendo, qué tanto! ¡Ajajaa! Puse mi celular para que me despertara en 2 hs (para el caso que le hice, jajá), me acosté, me arropé para dormir echa un bollito y chau, a dormir la siesta.
El celular sonó a las 2 hs, pero lo apagué y seguí durmiendo.
Cosa que a eso de las 19:42 mi cuerpito dijo basta. Si, algunas de las secuelas del accidente hacen que no pueda estar mucho tiempo acostada porque mi pelvis y mis caderas me hacen ver las estrellas así que no se crean que puedo dormir eternamente, ¡ajajaja!
Ah, me acosté a las 14:50 para que sepan, ¡ajajaja!
Así que me levanté, chusmié un poco con Little Sister, mi hijo me dijo que había estado estudiando (¿no es lindo?), me tomé un par de cafiaspirinas para el dolor de mis huesitos (estaba lloviendo cuando me desperté, así que no solo estar acostada era el tema con mis huesos, era la humedad, porque ya saben que lo que mata es la humedad, ¡juas!), puse el lavarropas, quise sacar una foto al presente que recibí ayer en el actuu del Aniversario de la escuela pero las pilas estaban agotadas por lo que tuve que ponerlas a cargar, y después me senté en la compu hasta que me llamaron a cenar.
Y puedo decir que me vino muy bien tomarme la tarde toda para mí. Creo que estas semanas de andar al trote con reuniones de cooperadora, el tema de la cena aniversario que la dejamos para septiembre, los dramas económicos que nos tienen medio al trote pero Dios aprieta pero no ahorca, y varias cositas que escapan a mis manos (típica leonina perfeccionista, je), digamos que esta siesta fue para relajarme, dejar de pensar y dejar de preocuparme por cosas que no puedo solucionar. Y si, ya saben que siempre que llovió paró (literalmente, ¡ajaja!), después de la tormenta sale el sol, o como dice mi amigo Willie Shakespeare:
“Ocurra lo que ocurra, aún en el tiempo más borrascoso, las horas y el tiempo pasan.”
Aparte viene bien estar #ingánica y descansar, jeje…
Así que recomiendo tomarse una tarde para uno mismo (cuando puedan, tampoco me vayan a dejar todo colgado y se vayan a dormir, ¡ajajaja!). ¡No saben lo bien qué hace!
#ingánica para no perder la costumbre…
Hola Ivy!! Tenés mucha razón, hace muy bien tomarse una tarde para uno y olvidarse del mundo.
ResponderEliminarBesosssssssss
Ivana a mi también me gusta desenchufarme pero...me parece que para siesta fue muuuucho, casi seguías hasta el otro día y chauuu!
ResponderEliminarCariños desde Mardel
Bien que hiciste.
ResponderEliminarSi yo me levantara a esa hora, no dudaría en hacer una siesta (mejor dicho, no podría más que hacer la siesta).
Besos.
Qué fiaca que me diste, AMO LA SIESTA, aunque no puedo dormirla mucho que digamos, pero cuando se da... LA DISFRUTO!!!
ResponderEliminarMi blog cumplió un año, te invito a pasar
www.labandasiguiotocando.blogspot.com
Cariños!
Y a que el puré no es de papas pisadas? jajaja...
ResponderEliminarDos horas de siesta..Uhh Dios mío..Cómo dormís de noche.